sábado, 24 de marzo de 2012

Ian Fleming: James Bond (007) (**)


(1970-1975)

No puedo recordar cómo llegó a mis manos el primer libro de la saga 007, pues ya han pasado más de cuarenta años, pero supongo que fue rebuscando en alguna librería de libros usados o en alguna estantería de un supermarket en Lima cuando tenía unos trece años, más o menos.

Yo no me escondía cuando leía, ni escondía los libros, por lo que he de pensar que tanto a mi madre como a mi padrastro no les debió parecer mal, o no les pareció nada, o consideraron que ya era bastante serio (para no decir que estaba “formado”). Pero dos personas sí que creyeron poco apropiada esa lectura para mi edad: la primera fue Merche, hermanastra de unos cinco años mayor que yo, que después de que yo le comentara ciertas escenas subidas de tono (no nos olvidemos de la edad que tenía) a su hermano Juan, me vino a decir que esos libros no eran sanos para mí. Y la otra persona fue mi tío Mario, que cuando volví del Perú, quiso preocuparse un poco de mi educación y un día en una reunión con sus amigos me preguntó qué leía y al decirle que estaba acabando un libro de James Bond sus amigos se quedaron mudos y él me dijo que ya me prestaría algún libro suyo. Y el primer y único libro que me prestó merece una descripción más detallada que un simple párrafo.

Yendo al personaje novelesco y dejando al de carne y hueso que escribe, creo que no hace falta que lo presente, pues se ha convertido en el paradigma de los espías de ficción (y quiero pensar que en la antítesis de los reales).

A lo largo de mi adolescencia leí algunos libros de este autor, todos de 007 y ¡qué sorpresa me llevé cuando supe que Chitty Chitty Bang Bang había salido de su pluma! Entre los que leí están los siguientes:

  • Casino Royale: nada que ver con la película en la que actúan Woody Allen y David Niven.
  • Desde Rusia con amor: posiblemente una escena que comenté a Juan era la cinta negra que lleva en el cuello la espía rusa.
  • Dr. No: quizá la novela más insípida (me parece), pero la aparición más recordada de sus películas.
  • Operación Trueno: donde reaparece Félix Leiter, el espía de la CIA que había sido mutilado por un tiburón.
  • Al servicio secreto de su Majestad: en esta novela James Bond se casa, aunque pasa de soltero a viudo en un par de escenas por culpa de Blofeld.
  • Solo se vive dos veces: una de las que más me gustó porque transcurre en Japón y bebían sake, licor que no había probado.
  • El hombre de la pistola de oro: Scaramanga, su pistola de oro y el tercer pezón.
En resumidas cuentas, leí buena parte de las novelas que escribió Fleming de su famoso espía y que fueron traducidas al castellano (007 en Nueva York no se ha traducido) y, algún día, leeré una más para ver qué sensación me produce y compararla con el recuerdo de mis lecturas.

Las portadas que figuran a continuación no tienen buena definición, pero son idénticas a las de los libros que leí hace cuarenta años, con la salvedad de Casino Royale, que no estoy seguro.